A Stéphane Gil, nacido en 1967 en la región de París, le gusta decir que practica el arte del falso. Músico, compositor e ingeniero de sonido durante casi 30 años, decidió añadir una nueva cuerda a su arco digital a los 50 años con el diseño gráfico. Para canalizar sus ideas y dominar la técnica, estudió y se licenció en diseño gráfico. Además de este título honorífico, está orgulloso de haber logrado su reconversión, ya que ahora vive de su pasión. Inspirado por la cultura pop, el cine, la New Wave y los ordenadores, el artista francés crea obras realistas teñidas de diseño gráfico. Para ello, utiliza una serie de programas informáticos 3D en un riguroso proceso creativo cuyo objetivo es demostrar que el diseño industrial puede ser escultórico y bello, al margen de cualquier otra consideración.