Desde el comienzo de su carrera como ingeniero de telecomunicaciones, el artista vietnamita Pham Huy Trung soñaba con convertirse en fotógrafo. Durante un viaje a Japón, invirtió en una cámara de alta gama y se hizo una promesa: “Puedo hacerlo”. Sin embargo, su trabajo lo consume y se interpone entre él y su sueño. Durante más de tres años relegó su cámara a un estante hasta el día en que el objeto volvió a llamar su atención. Pham Huy Trung dice: “Me di cuenta de que me había olvidado de mí mismo y de que no había cumplido mi promesa”. A partir de entonces, el artista decidió hacer realidad su sueño y comenzó a tomar fotografías. Estudia la técnica y finalmente toca su sueño con las yemas de los dedos. Desde entonces, el artista ha celebrado la diversidad natural de su país natal desde ángulos inesperados utilizando su dron.