Un día un poco triste, Rachel conoció a Hendrik en el Forum des Halles de París. Un viento de libertad sopla sobre la joven jubilada, que se enamora rápidamente de este pintoresco personaje. Para Rachel, la decisión estaba tomada: compartiría la vida de Hendrik, la de la calle. Descubrió un mundo tan duro como solidario, y los enamorados se lanzaron a la carretera con su perro Homère para ayudar a los demás, acompañados por Emmaüs Solidarité del centro de día Ágora de París.
Parte de los beneficios de la venta de estas fotografías se donarán a Emaús una vez finalizada la exposición.