Desde la creación del legendario Orient Express, del Transiberiano, del menos conocido pero igualmente increíble Orient Silk Road Express, nuestro inconsciente se ha apoderado de estos trenes legendarios y nos ha hecho soñar con estos auténticos cruceros ferroviarios. A diferencia de viajar en avión o barco, el tren abre una ventana a los paisajes atravesados. ¿Y por qué no podríamos ver el mundo simplemente sentados en uno de estos trenes? Cada una de las composiciones propuestas en la serie “Asiento con vistas” surge de un ensamblaje de fotografías de interiores de trenes y paisajes realizadas por Laurent Dequick. Esta fotografía tomada entre Marsella y Niza, el tren circula a velocidad reducida y a lo largo de la costa. Una oportunidad increíble, al alcance de todos, de poder admirar toda la costa mediterránea, sus pinos y su agua de un azul inigualable.