Daniel Metz vive en Grenoble, en la región de Ródano-Alpes. Por tanto, no es casualidad que el entorno montañoso surja como leitmotiv de su obra fotográfica. Paralelamente a su actividad como diseñador gráfico y profesional de la imagen, ha desarrollado una pasión por la práctica del octavo arte, pasión que le permite captar la belleza de los paisajes encontrados y compartir su visión. Prefiere, por tanto, adoptar la actitud de un fotógrafo aficionado, en el buen sentido de la palabra, para dejar expresar sus propios gustos, sin verse condicionado por los encargos ni por la necesidad de rentabilidad. Seguidor del naturalismo, busca sobre todo que sus fotografías sean lo más fieles posible a la realidad percibida, para que el espectador pueda experimentar el mismo placer y fascinación que siente ante la armonía y la grandeza de la naturaleza. Su serie sobre la China contemporánea es sobre todo un testimonio de un pasado tradicional en peligro de desaparecer ante las convulsiones y el mayor desarrollo que está experimentando el país.