Hugo Tordjman, fiel a la película, expresa un estilo crudo y minimalista inspirado en el skate, la arquitectura y sus viajes. En esta serie, captada en Nueva York, París y Créteil, destaca su tema favorito: el skate. En el corazón de sus imágenes, esta práctica estética atemporal se convierte en un lenguaje universal que trasciende las fronteras culturales y geográficas.