Nacido en Beijing, Fan Li aprendió el funcionamiento del octavo arte desde la infancia. Su padre, fotoperiodista profesional, le transmitió sus conocimientos técnicos y su pasión por las artes visuales. En 2004, Fan Li se mudó a París para estudiar. Se lleva su cámara para inmortalizar la ciudad y las joyas de Europa que pretende visitar. Sus fotografías, hechas públicas, ganaron varios premios internacionales. En 2017, el artista decidió repensar su técnica y probar nuevos experimentos. El artista dice: “quizás porque soy hijo único en mi familia, me gustan las cosas únicas que no se pueden copiar. Un día vi que mi trabajo no había cambiado en los últimos cinco años. Entonces decidí decir adiós a este método de filmación y adoptar otro”. Desde entonces, Fan Li ha utilizado su cámara como un pincel y prefiere las exposiciones prolongadas para representar su mundo interior.