Abdul Momin, nacido en una pequeña aldea del norte de Bangladesh llamada Baghopara, desarrolló su pasión por la fotografía cuando aún era estudiante. Por aquel entonces vendía teléfonos para ganar dinero, y utilizó sus primeros ahorros para comprar un teléfono de segunda mano con una cámara de 5 megapíxeles. A partir de entonces, se dedicó a experimentar, capturando la belleza de las flores, mariposas e insectos que encontraba a su paso y se formó a través de tutoriales en Internet. Al poco tiempo ya participaba en varios concursos de fotografía móvil y su éxito era evidente. Sus ganancias le permitieron comprarse su propia cámara digital. Una vez obtenido su diploma, lo tenía claro: ¡iba a ser fotógrafo profesional! Hoy en día, sus creaciones han aparecido en más de 300 publicaciones internacionales y han ganado nada menos que 100 premios.