En primer lugar está el mar: “Siempre ha sido mi pasión, ¡prácticamente sólo fotografío el mar! » ríe el fotógrafo Olivier Kauffmann. Tras una infancia a orillas del Atlántico, ahora vive en “el Mediterráneo”, cerca de Montpellier. Luego está la arquitectura, su profesión original. Profesión que ejerció durante muchos años antes de dedicarse paulatinamente a la fotografía. Una experiencia que utiliza para cada una de sus tomas: “El urbanismo me permite conocer y comprender los lugares a fotografiar”, explica, “el conocimiento de la meteorología abordado con la navegación me permite saber cuándo fotografiar y la escenografía aprendida con la arquitectura inspira mi encuadre”. El procesamiento informático hace el resto. Sus fotografías son una invitación a la meditación y al paseo, las reivindica como “decorativas, estéticas y muchas veces minimalistas”. Sus influencias se encuentran principalmente entre los pintores: Pierre Soulages, Yves Klein, Marc Rothko y Maggi Puig. “Mi trabajo es sobre todo la búsqueda de una mancha de bellos colores, monocromática o multicolor, que destaque en una pared”, explica.