Nicholas Clarke tenía 40 años cuando decidió, en 2017, convertirse en fotógrafo profesional. Una elección lógica para él, ya que su pasión por la fotografía prevalecía sobre su trabajo como diseñador gráfico. Y como vive en Nueva York, en el distrito de Brooklyn, su tema favorito tiene sentido. A Nichols Clarke le gusta especialmente fotografiar la ciudad de noche: "La noche tiene el poder de transformar un momento que sería normal durante el día en una escena extraordinaria", explica. Si trata sus fotografías de forma muy cinematográfica, también reivindica la influencia del fotógrafo chino Fan Ho (1931-2016), famoso en particular por sus fotografías de Hong Kong en los años 1950 y 1960. Nicholas Clarke juega con los mismos códigos en la atmósfera o las luces. “Mi objetivo es que el espectador se involucre en la foto, como si fuera uno de sus componentes”, continúa. Para encontrar la mejor luz, la que se adapta a la historia que quiere contar, prueba, para el mismo lugar, varias horas del día o de la noche y elige aquella en la que puede "resaltar la belleza de Nueva York por la noche".