Laurent Dequick, de unos cuarenta años, es arquitecto de formación. Su obra está marcada por esto ya que es principalmente una reflexión sobre la ciudad contemporánea y más precisamente sobre la proliferación del espacio urbano. El objetivo del fotógrafo es transmitir fielmente la impresión de frenesí que resulta de la densidad de población y de la actividad en una zona urbana: "En las curvas de las calles, las luces, los ruidos, el tráfico de coches, la aglomeración de peatones, la mezcla de olores, son tan cautivadores que ninguna toma puede capturarlos todos. ¿Deberíamos entonces tomar decisiones? No lo creo, no lo quiero”. Para traducir en imágenes esta “congestión” de la vida urbana, Laurent Dequick no duda en yuxtaponer, superponer o incluso superponer los planos. Entrelaza con la misma intensidad fotografías que representan grupos arquitectónicos, vías de tráfico y personas. Condensa las imágenes como la ciudad condensa la suma de las vidas de todos sus habitantes. Su estilo recuerda al cubismo en su aproximación a la abstracción y en su representación del movimiento permanente.